Había un hombre andando por la ciudad con un destornillador en la mano, pasa por la farmacia y destornilla la puerta y ¡Zas! se cae la puerta.
El boticario sale a darle alcance pero el hombre logra escaparse.
Más adelante pasa frente a un banco y destornilla la puerta y esta también se cae.
Se detiene frente a un automóvil y le destornilla la puerta y por supuesto esta se cae.
Tanto destrozo causa que la policía le detiene y lo lleva preso.
En su celda el hombre estaba desesperado, llega la hora de la comida, éste mira el cuchillo y lo encuentra parecido a un destornillador.
Destornilla la puerta de la celda y cuando llegan los guardias encuentran la puerta tirada en el suelo y el hombre sentado adentro de su celda.
Este tipo está loco, opinan y se lo llevan al manicomio.
Al día siguiente ocurre lo mismo, encuentra un trozo de fierro y con el destornilla las ventanas.
El director decide entonces encerrarlo en una celda especial sin ventanas y con puertas sin bisagras de modo que no las pueda destornillar y además lo dejan completamente desnudo.
El hombre no sabía que hacer, en eso mira su dedo índice y le nota un parecido a un destornillador.
Empieza a buscar que destornillar pero no había nada.
Se mira el ombligo, el dedo índice y lo mete en el ombligo y empieza a darle vueltas y ¡Zas!
¡Se le cayó el culo!