La ironía es graciosa pero ¡qué sabor amargo
deja! La Justicia de Dios en la historia
del pueblo judío. Uno se pone a pensar y le empiezan a surgir ciertas dudas.
¿Dios es justo?...¿Las decisiones que tomó fueron las acertadas?... Un análisis
de los hechos acrecientan esas dudas, y es por eso que quiero profundizar en los
detalles. Y empecemos por el
principio.
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A Adán y Eva los echó del Paraíso por haberse comido una
manzana. ¿No les parece una exageración? Si
cada vez que nuestros hijos nos desobedecen, los echáramos de nuestra casa, no
existirían las familias. Si Adán
y Eva se hubieran comido un menú chino número 4, con egg rolls, sopa wontong, cerdo en salsa agridulce, pollo con
almendras y una banana soufflé, vaya y pase,
además se podría haber agregado a la carta de acusación el pecado de la gula,
pero, ¿por una simple manzanita, por más deliciosa que
sea?
Luego le permitió a Caín romperle la cabeza a Abel por
una simple discusión de índole agropecuaria. Al pobre Noé le mandó un diluvio de la gran siete que lo
obligó a construir el Queen Mary One para salvar a su familia y a una pareja de
todos los animales existentes, incluyendo una pareja de cerdos, lo que no se
explica para qué, si al final nos prohibió los sandwiches de
jamón.
A la mujer de Lot la convirtió en una estatua de sal por
echar una miradita para atrás, dejándolo al pobre Lot,
inconsolable. Si hubiera tenido un poco de
consideración, la hubiera convertido en estatua de azúcar, y Lot podría, de vez
en cuando, darle una lamida. Pero, ¿de sal, con la alta presión que Lot
tenía?
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Después los muchachos quisieron construir, en su honor,
una torre en Babel , y tampoco le gustó la idea, y decidió tirar la torre
abajo.Primero pensó en estrellar
un avión contra la torre, pero se dió cuenta
que aún no se habían inventado los aviones, y entonces buscó una manera más
rebuscada para confundir a la gente. Creó un sinfín de idiomas, nadie se
entendía con nadie, uno pedía un ladrillo y el otro le traía una oveja, hasta
que al final la torre se vino abajo. y hasta el
día de hoy la gente sigue sin entenderse. Los únicos que sacaron tajada del asunto fueron los
vendedores de diccionarios.
Luego vino la expulsión de Agar y su hijo Ismael, porque
Sara, la mujer de Abraham, le llenó la cabeza a éste: -"Echa a esa loca de acá,
si no me voy yo". Y Abraham le hizo
caso. Y en vez de ponerle un
pisito en las cercanías, como hacen todos, los mandó al desierto.Esa decisión errónea la estamos pagando todos hasta el
día de hoy.
Después, para poner a prueba la fe de Abraham, le mandó
cortarle la cabeza a su propio hijo, Isaquito. ¿A quién se le puede ocurrir idea
semejante? Es como pedirle a un fanatico del Barcelona que salga a la calle con
la camiseta del Real Madrid . Menos mal que cayó un ángel que lo convenció que no lo
hiciera, y todo llegó a un final feliz, haciendo un asado con un cordero que
andaba dando vueltas por ahí.
Unos años más tarde, Dios fue cómplice de la primera
estafa a gran escala en el mundo, al permitir que Jacob se hiciera pasar por su
hermano Essau, para quedarse con la herencia de su padre. ¿Cómo Dios permitió un hecho así con la importancia que
le da a la legalidad y al cuidado de los derechos humanos? Jacob pagó cara su conducta cuando sus
propios hijos vendieron a su hijo preferido, José a unos árabes, por unos pocos shekalim, que ya en aquella época
estaban bastante devaluados, y en consecuencia
no les alcanzó ni para comprarse un
camello.
Luego, no sé bien por qué, nos vendieron a todos y
terminamos siendo esclavos en Egipto. En
Egipto, la hija del Faraón encontró una cesta que flotaba en el río con un bebé
adentro, y se lo llevó a su casa. Una
confirmación que los dioses ajenos también cometen errores. Porque el nene, de nombre Moisés, se hizo
todo un hombre (muy parecido a Charles Heston) al que no le gustó nada que les
dieran latigazos a sus hermanos de religión. Y
empezó a hacer propaganda con altavoces, donde se la pasaba gritando: "- ¡¡Dejad
ir a mí pueblo!! ¡¡Dejad ir a mí pueblo!!".
Como el Faraón era bastante cabeza dura, no le hizo caso, y entonces Moisés
inició una guerra con armas biológicas en las que incluyó langostas, sapos y
piojos. De todas maneras,
podemos decir que por fin Dios estuvo de nuestro lado, y nos ayudó con toda una
serie de milagros (a Dios lo que es de Dios).
Al final nos dejaron ir, y para cruzar el Mar Rojo contamos con la ayuda americana, ya que Cecil
B. de Mille abrió las aguas del mar para dejarnos pasar, y las volvió a cerrar
cuando llegaron los egipcios que nos perseguían. Los egipcios nunca fueron grandes nadadores (nunca ganaron una medalla
olímpica en natación) y a todos los que les agarró la subida, murieron.
Comandados por Moisés, empezamos a vagar por el
desierto en busca de la Tierra Prometida por
Dios.
Un día Dios lo llamó a Moisés a una montaña y le entregó
las Tablas de la Ley. Cuando Moisés volvió con
ellas donde estaba su gente, encontró que en vez de haber construido una estatua
de él (como se acostumbra entre todos los pueblos de la zona que alaban a
susdirigentes) estos habían construido la estatua de un becerro. A Moisés le dio mucha bronca, tiró las Tablas al suelo,
destruyéndolas, y como consecuencia nadie las aprendió. Y hasta el día de hoy,
se roba, se mata, se desea la mujer del vecino, y nadie respeta al padre ni a la
madre. Para evitar esto, Dios podía haber hecho las Tablas por duplicado. Y la
humanidad sería hoy mucho mejor.
Mientras vagaban por el desierto, se les acabó el
agua. Entonces Dios le dijo a Moisés que le
hablara a una piedra que había en el camino, y que de allí saldría agua. Moisés
comenzó a hablarle a la piedra y no pasó nada. Siguió susurrándole..., y nada.
Comenzó a gritarle..., y nada. Bastante nervioso, porque alrededor estaba todo el
pueblo con los vasos preparados, se cansó y le
pegó una fuerte patada a la piedra. Y eso trajo varias consecuencias:1) Parece
que la patada destapó un caño y el agua empezó a salir a borbotones, con gran alegría para todos; 2)
Moisés se rompió una pierna, hubo que enyesarlo y desde ese día, necesitó un
bastón para caminar; 3) A Dios no le gustó que Moisés no hiciera exactamente lo
que él le había dicho y lo condenó a no entrar en la Tierra Prometida (¿no les
parece exagerado el castigo, después de todo lo que Moisés hizo por él?). La
cuestión es que el Pueblo Elegido anduvo cuarenta años dando vueltas por el
desierto. Y este desperdicio se le puede
achacar a Moisés, que salió al paseo sin brújula y sin
mapa.
Si Dios realmente hubiera querido echar una mano, habría aprovechado
ese tiempo en llevarnos a algún lugar bastante mejor.Por ejemplo, Suiza, donde nos habría evitado muchos
problemas en el presente. Como
todos saben, Suiza está dividida en cantones, y así hoy existiría un cantón
sefaradí, gobernado por el Rav Ovadia Yosef; un cantón ashkenazi, dirigido por
Shimón Peres, que hubiera ganado todas las elecciones sin problemas; un cantón ruso, donde el poder estaría
repartido entre Sharansky y Liberman; un cantón americano, que habría subido al
mapa de la mano de Tal Brodie; y un cantón argentino, que estaría bajo la tutela del general Peronsky tras haber derrocado en
una revolución al general Videlman. En lugar de llevarnos a Suiza nos llevó al
único lugar en todo Medio Oriente donde no hay
una sola gota de petróleo, ni agua, ni oro, ni diamantes.Lo único que había era leche y miel, que servían para
hacer buenos pasteles, pero que no podían competir para la exportación con los
pasteles vieneses (en especial con el pastel de chocolate Sacher). De cualquier
forma, la gente aceptó el lugar y comenzó a construir un Templo como
agradecimiento.
Pero parece que a Dios
no le gustó mucho el estilo y lo hizo destruir por los persas, que no se hicieron rogar demasiado para tirarlo
abajo.Pero el Pueblo de Israel era testarudo y comenzó la construcción de un
Segundo Templo. Y eso hizo enojar mucho a
Dios que envió a los romanos para que nos dieran un escarmiento. Los romanos,
que habían creado un gran imperio, conquistaron el lugar, destruyeron el
SegundoTemplo, y en su lugar construyeron el Palacio de la Pizza , en pleno
centro de Jerusalem. Además nos tomaron prisioneros y llevaron a muchos como
esclavos a Roma. El pueblo se dispersó por todo el mundo, y durante 2000 años
cada uno vivió donde conseguía una vivienda
barata.
Muchos se fueron a España, y durante varios siglos
vivieron felices, comiendo paella y asistiendo a espectáculos de flamenco. Tampoco eso le gustó a Dios y envió al F.L.E. (Frente de
Liberación Española), más conocida como la Inquisición , para que nos echaran
del país, como así ocurrió. Si
nos hubiéramos podido quedar, hoy seríamos,
casi todos, socios del Real Madrid, y podríamos habernos deleitado con Beckham,
Zidanne y Ronaldo, en vez de sufrir con Venado, Revivo y Nimni. Pero el daño no lo sufrimos sólo nosotros. Los españoles
perdieron más.
En aquella época España empezaba la conquista de
América, cosa que logró en casi toda Sudamérica y América Central. Y por falta de armas, se perdió la conquista de América
del Norte (con la excepción de Miami ). Si no nos hubieran
echado, les hubiéramos fabricado una gran cantidad de Uzis, y proveídos con
ellas, hubiera resultado muy fácil conquistar toda América del Norte. Y hoy en
día seríamos los dueños de gran parte de los
bancos de Norte América y con seguridad dominaríamos en
Hollywood.
Otra gran cantidad de gente de nuestro pueblo, los que
sufrían el calor de Andalucía, se fueron a Rusia. Y allí se arreglaron bastante
bien, alimentándose con comidas típicas del lugar (borsht, varenikes,kreplaj y
tzimes), hasta que otra vez intervino Dios, que evidentemente, y de acuerdo a
las pruebas aquí detalladas, eligió nuevamente a este pueblo... ¡¡para
sufrir!! Así comenzaron los atentados,
conocidos como progroms, en las pequeñas poblaciones donde vivían judíos. Y otra
vez nos llevaron a buscar lugares más
tranquilos.
Lo único bueno que salió de estas circunstancias, fue
una excelente versión del Violinista en el Tejado, que ganó varios
Oscares.
Y entonces, Dios, cansado de todas las peticiones de
ayuda que le enviaban, llamó a licitación para solucionar de una buena vez los
problemas del pueblo judío. A la licitación se presentaron varios candidatos. El
primero fue Theodor Hertzl, que presentó en su solicitud un libro titulado "El
estado judío", que con el tiempo llegó a ser realidad (Blumfield). Otro que se
presentó fue el barón Hirsh, que trajo un plan de comprar tierras en la Argentina para construir allí el nuevo
Estado Judío (no sé si la idea era buena, pero si se hubiera materializado, por
lo menos ya habríamos ganado dos campeonatos del mundo en fútbol). El tercero fue un científico llamado Einstein, que un
día, mientras se bañaba, entró en una bañera llena de agua y al ingresar en ella
el agua desbordó. Einstein pensó un poco y gritó ¡¡Eureka!!, y sacó el tapón de
la salida de agua e inmediatamente la bañera se vació. Y entonces dijo:"Todo es
relativo". Se apresuró a sentarse y escribió la fórmula que se le había
ocurrido: E=MC al cuadrado. Cuando terminó se la mostró a su sirviente, y éste, con los ojos llenos de lágrimas le dijo: -
"¡¡Pero si esto es una bomba atómica!!"
Otro que quiso aportar para solucionar los problemas fue
un hombreque se la pasaba cantando "Si yo fuera Rothschild ". Era Rothschild.El último que se presentó a la licitación fue un tal
Adolfo Hitler, que intentó convencer a Dios que
tenía la solución final para el pueblo judío. Y en una decisión escandalosa, Dios eligió a este último
como ganador de la licitación. Hitler se puso inmediatamente a trabajar y hoy podemos decir con certeza que existen
6.000.000 de razones que condenan a Dios por su enorme error. Y hay muchos que hasta el día de hoy se niegan a
perdonarlo.
Menos mal que otra vez los americanos vinieron a
exterminar a losmalos de la película. Las fuerzas al mando de John Wayne,Eisenhower y Kirk Douglas MacArthur llegaron a
tiempo para evitar unos cuantos millones "de razones" más en el juicio a
Dios. Al final, cuando los que quedaban vivos
buscaban un nuevo sitio para rehacer sus vidas, se juntaron las ideas de Herzl,
el dinero de Rothschild, y la bomba atómica de
Einstein, para regresar a nuestro lugar, nuestra tierra. Y hace años que volvimos, construimos un nuevo
templo ( laKnesset ), y pretendemos vivir lo más tranquilos
posible.
Es difícil, porque la
zona se la disputan dos dioses. El nuestro
nos promete desde hace miles de años que nos va a enviar al Mesías. A pesar del
tiempo transcurrido, éste no aparece, y ni siquiera telefonea. Por lo cual
muchos han dejado de creer en las promesas de nuestro Dios. El otro, Alá, hace promesas aún más imposibles. Prometió a
todo aquel que se haga pedazos en un lugar donde haya muchos judíos, el Paraíso
con setenta vírgenes esperándolo. No especificó si eran mujeres u hombres
virgenes. Y eso, evidentemente, es una gran mentira, porque... ¿de dónde va a
sacar Alá setenta vírgenes para cada uno, cuando hoy en día es casi imposible
encontrar una sola mayor de 10 años de
edad?
Esa es la causa por la cual millones de personas en todo
el mundo dejaron de creer en los viejos dioses. Y fueron apareciendo
dioseslocales que hacen e hicieron la felicidad de mucha gente. Por
ejemplo, en Brasil y Argentina, se creó una
nueva religión con sus respectivos dioses Pelé y Maradona. En EEUU. apareció el dios del baloncesto, Michel
Jordan. En Inglaterra llegaron
los dioses de la música, Los Beatles. En
Francia, un país bastante prostituído, apareció la diosa del sexo, Brigitte
Bardot. En Italia, el dios del "bel canto", Luciano Pavarotti. Y en España, que por mucho tiempo
pasaron hambre, hoy tienen al dios de la comida, Fernán
Adría.
Y aquí en Israel, nos
llegó el dios del Bla Bla, Bibi Netaniahu, un dios muy instruído que le promete
a cada uno lo que le gustaría oir. El quiso
convertirse en un héroe como Robin Hood, pero se le olvidó el argumento. Y en
vez de sacarles a los ricos para darle a los pobres, le saca a los pobres para
darle a los ricos. No llevó a
cabo ningún milagro, ni siquiera uno que
realizó alguien que anduvo por estos sitios hace unos 2000 años: la
multiplicación de los panes y los peces. Si como mínimo hubiera repetido el
mismo milagro, se podría haber cocinado toneladas de guefilte fish, y muchas personas no estarían
muriéndose de hambre.
Y así llegamos al día de hoy, donde la mayoría de los
hombres del planeta adoran a un nuevo dios. Un dios que ayuda a sanar a personas
enfermas, que da felicidad, facilita la llegada del amor, y brinda la oportunidad de llegar a verdaderos paraísos, donde
no es delito comer una manzana, y si se quiere, uno puede deleitarse con una
langosta con champagne. Es un dios al que
se puede ver e incluso tocar. Es
pequeño y de color verde, se llama Dólar, y se
lo venera en templos especiales, llamados bancos. A los sacerdotes que los dirigen se los llama gerentes,
y producen muchos milagros que llevan el nombre de créditos bancarios. Y
generalmente, cuando uno sale de esos templos, después de haber recibido uno de
esos milagros, mientras se aleja rumbo a su hogar, lo hace musitando muy bajito:
- "Gracias a
Dios"...
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