En un pequeño pueblo había un barbero que se había hecho muy famoso pues al afeitar a alguien le dejaba la piel perfectamente afeitada y suave - como nalgas de bebe - decía la gente, y su fama había trascendido las fronteras y llegaban hombres de todas las regiones para afeitarse.
Don Segismundo, un honorable vecino del pueblo decide probar.
Llega a la barbería y había un cola de 100 metros pero decide esperar para recibir la afeitada perfecta.
Cuando le toca su turno, el barbero saca de un frasco azul una bolita de vidrio y le dice que se la meta en la boca.
- ¿Y para qué es esto? Pregunta el cliente
- Ese es el secreto para la afeitada perfecta, responde el barbero, por favor métasela en la boca.
- Ahora muévala para colocarla en debajo del cachete derecho, y le afeita el lado derecho.
- Ahora muévala al lado izquierdo, y le afeita el lado izquierdo.
- Ya entiendo, dice el cliente, la bola hace que la piel se tiemple y así afeita mejor..
- Efectivamente dice el barbero, ahora colóquela debajo de la nariz, y le afeita el bigote
- Perdone, dice el cliente antes de salir ¿Qué ocurre si me la trago?
- No se preocupe, en una semana me la devuelve y la pone en el frasco azul !