Estaba un cieguito intentando cruzar una avenida ayudado por su perro lazarillo; el perro jala al cieguito para cruzar y ¡ZAS! Pasa un camión cerca y casi lo mata.
Al rato, el perro jala al cieguito para cruzar y nuevamente ¡ZAS! Pasa un auto muy cerca y casi lo mata.
Por tercera vez intenta cruzar y ¡ZAS! Pasa una motocicleta y casi lo atropella.
El cieguito mete la mano en el bolsillo, saca unos caramelos y se los da al perro.
Dos damas que habían observado lo que pasó se le acercan:
- Perdone señor, dice una de ellas, usted es la persona más buena del mundo, este perro hace que casi lo maten y usted le da caramelos.
- No señora, quiero saber donde está el hocico ¡para darle una patada en el trasero!