El menú fué excelente:
Entrada, sesos a la vinagreta y anticuchos de corazón (para chuparse los dedos)
Segundo plato, riñoncitos al vino combinados con hígado arrebozado (oh...que delicia)
Postre, helados de vainilla (para refrescar la tarde)
Termina el almuerzo y Frankestein queda sumamente agradecido por los deliciosos platos..
- Mi querido Conde Drácula, estoy muy agradecido por este delicioso almuerzo, no sabía que usted tenía tan buen gusto para cocinar.
- Oh, no es nada, responde el Conde
- Espero que esto se repita en otra oportunidad, comenta Frankenstein
- No, lo siento
- ¿Cómo, porqué?
- ¡Madre, solo hay una!