De médicos (La operación)

Un hombre entra a la oficina del doctor diciendo:

• Doctor, mi nombre es Marcos y necesito ser castrado.

• ¿Qué? ¿Está seguro?- pregunta el doctor con asombro.

•  Si estoy seguro; es algo que estuve considerando por un tiempo largo y creo que llegó el momento de hacerlo- responde Marcos.

 

• Pero…¿Lo ha conversado con su esposa?

• Si, doctor, largo y tendido, antes que saliera de viaje.  No tiene ninguna objeción. Por el contrario, me apoya.

• Pero… ¿Lo ha pensado bien? ¿Realmente está seguro?-  insiste el doctor con preocupación. Es una operación muy compleja, y una vez que está hecha, no hay vuelta atrás, cambiará Ud. para siempre…

 

• Estoy al tanto de todo eso, y lamento decirle que no logrará cambiar mi opinión, así que por favor deme un turno para ser castrado o simplemente buscaré a otro doctor- responde Marcos con firmeza. 

 

• Bueno, bueno. ¿Para cuándo quiere la cita?

• ¿Podría ser mañana mismo? Quiero darle a mi esposa una buena sorpresa cuando regrese dentro de cuatro días.

• Bueno, está bien- dice el doctor- Lo haremos  aunque no está tan en línea con mis principios profesionales.

• Así es como el hombre tiene su operación. Al día siguiente, se encuentra caminando lentamente con las piernas abiertas por el pasillo del hospital cuando se cruza con otro paciente, quien caminaba de la misma forma.

• Hey - le dice Marcos al paciente- parece que tuviste la misma operación que yo…

• Parece que sí- contesta el paciente- En mi caso, a los 37 años, finalmente decidí que era hora de ser circuncidado.

• Marcos lo mira con una expresión de horror en el rostro y grita "¡CARAJO! Esa era la palabra!!!"

De amigos (El secreto del pescador)

En una hermosa mañana de verano Felipe invita a su esposa a ir de pesca a un lago cercano.

Al llegar al lago se encuentran con don Alcides, un vecino, quien también estaba pescando.

Mientras la esposa de Felipe estaba echada en el pasto leyendo un libro, Felipe lanzaba el anzuelo sin resultado alguno.

Luego de una hora Felipe se da cuenta que no había pescado nada sin embargo Alcides tenía una canasta llena de peces.

Se dirige al vecino y le pregunta:

• Don Alcides, ¿Qué carnada utiliza? llevo ya una hora y no cojo ni un miserable pescado.

• Mire amigo, responde don Alcides, es que usted usa anzuelos y yo pesco con la mano solamente..

• ¿Cómo hace?

• Muy simple, meta usted su mano entre las piernas de su esposa, sóbelas bien y luego viene a pescar, los peces se sienten atraidos por el olor y usted los agarra.

• ¡Muchas gracias don Alcides! dice Felipe y se dirige hacia donde estaba su esposa.

Se acerca por detrás y mete su mano debajo de la falda

La esposa sin inmutarse dice:

• Ay don Alcides...usted siempre tan juguetón!!