Encontré una en el barrio negro de la ciudad...
- Vamos, total todos profesamos la misma Fé, me dije, estacioné mi auto y entré a la Iglesia.
La misa transcurrió sin incidentes a pesar de ser yo el único blanco, en eso en medio del sermón, el Predicador se acercó a mi, tomó mis manos y me dijo:
- "Por la gracia de Jesús y la voluntad de nuestro todopoderoso Dios, hoy caminarás hijo mío"
- Yo le agradecí sus buenas intenciones y le respondí que no estaba paralítico..
- Volvió a tomar mis manos y a repetir la misma frase..
- Le volví a repetir que yo no estaba paralítico
¡Se habían robado mi auto!