Una señora de 86 años pide una cita para ver al doctor para un chequeo general, pero el doctor que siempre la atendía había salido de viaje y la recepcionista le indica que la vería un médico jóven y como nunca antes la había visto necesitaría que traiga una lista de las medicinas que tomaba.
Llega el día de la consulta
- Buenas tardes doña Gumercinda, saluda el doctor, ¿Trajo usted la lista de las medicinas que toma?
- Aquí tiene doctor, responde la señora y le alcanza un papelito
El médico revisa la lista de medicinas y se sorprende al notar que a la anciana le habían recetado anticonceptivos.
- Perdone señora, dice el doctor, he notado que a usted le han recetado anticonceptivos pero no entiendo porqué
- Ah! son para ayudarme a dormir
- ¿Ayudarla a dormir?
- Efectivamente, responde la anciana
Preocupado el jóven doctor se pone a revisar sus libros de medicina y los vademécums de prescripciones y componentes químicos y no encuentra nada en los anticonceptivos que puedan ayudar a dormir
- Perdone señora, no encuentro en las pastillas ningún componente para ayudarla a dormir, ¿Cuántas toma diariamente?
- ¡Oh no! Yo no las tomo, en las mañanas las muelo y se las pongo en el jugo de naranja a mi nieta de 16 años y duermo tranquilamente