Tres viejitos bien entrados en años estaban sentados en un bar recordando sus viejas hazañas.
Con los tragos la conversación los lleva a discutir su actividad sexual, uno de ellos quien era muy sordo no podía seguir la discusión y pregunta muy molesto:
- ¿Qué discuten que no entiendo?
- De la actividad sexual
- ¿De qué? Hablen más alto
- De que cuántos polvos le echas a tu mujer!
- Ah, dice el sordo, yo cada mañana le echo tres polvos
- ¿Cómo? Preguntas los otros muy sorprendidos, ¿estás tomando viagra?
- No, yo no necesito eso
- Explica, explica, piden los otros dos
Polvo Jonson en las tetas, polvo Mennen en las nalgas y polvo Efficient en los pies
Gracias a Dora