Un Domingo mientras se celebraba misa pasa un borrachito vendiendo huevos y se detiene frente a la puerta de la Iglesia:
- ¡Huevos, huevos, hic, compre los ricos huevos!
El sacerdote interrumpido hace un alto en el sermón y luego continúa.
- ¡Huevos, huevos, hic, compre los ricos huevos!
El sacerdote vuelve a hacer un alto en el sermón y mira muy molesto al borrachito, luego continúa.
- ¡Huevos, huevos, hic, compre los ricos huevos!
El sacerdote no aguanta más y dice:
- Por favor ¡saquen a ése de los huevos!
- Huevos, huev...aaayyyy