No eran ricos pero vivían bien pues siempre habían ahorrado y además eran muy saludables pues ella siempre insistía en que se alimentaran correctamente, sin excesos y además caminaban todos los días.
Un día que regresaban de vacaciones su avión cayó y ellos murieron y como habían sido buenos fueron directamente al cielo.
San Pedro los recibió y los llevó a una hermosa mansión rodeada de jardines, finamente amoblada, con los aparatos electrónicos más modernos y una sirvienta a su disposición 24 horas al día.
- Esta será su casa de hoy en adelante, les dijo San Pedro
- P-Pero ¿Cuánto nos va a costar?
- Nada, absolutamente nada, ustedes han tenido una vida ejemplar en la tierra y éste es su premio
Al mirar por uno de los ventanales el anciano observó que había un magnífico campo de golf
- ¿Cuánto me costaría hacerme socio de ese club?, preguntó
- Nada, absolutamente nada, este es el Cielo y aquí todo es gratis, repitió San Pedro
Fueron al club, jugaron al Golf y luego fueron al comedor donde había una gran mesa con los más exquisitos y variados manjares de todo el mundo
El anciano miró a San Pedro y éste anticipándose le dijo
- No lo preguntes, este es el Cielo y aquí todo es gratis..
El anciano observó a su alrededor y mirando un poco nervioso a su esposa preguntó
- ¿Donde está la comida dietética, sin colesterol, sal ni azúcar y el café descafeinado?
- No se preocupen, recuerden que ahora están en el Cielo y pueden comer todo lo que deseen sin engordar y sin temor a las enfermedades
- Me está diciendo que ¿no es necesario hacer ejercicios?
- No, si no lo deseas
- ¿No estoy obligado a comer sin sal y sin azúcar?
- No, acuérdate que estas en el Cielo
- ¿Y puedo tomar unas cervezas?
- Todas la que quieras
El anciano se vuelve a su esposa y le dice:
- ¡Vieja de mierda! Sin ti y tus malditas recetas y comidas saludables ¡Podríamos haber estado aquí hace diez años!
Gracias a Julio