Se coloca en la fila y se dá cuenta que una joven muy atractiva lo miraba detenidamente y le sonreía.
El le sonríe también y la joven sonríe más.
El hombre no resiste la tentación, deja el carrito de las compras a un lado y se aproxima a ella.
- Perdone, dice él, ¿Nos conocemos de alguna parte?
- ¡Por supuesto! Responde ella, usted es Juan, el padre de uno de mis niños...
- ¡Joder! No me digas que tu eres la prostituta que hizo strip tease en la fiesta de navidad de la oficina el año pasado y con la que tuve un sexo salvaje.
- No señor, yo soy Rosario, ¡la profesora de uno de sus hijos!