Una chica, que trabajaba en un burdel de alto vuelo, y que vivía con su madre, un día sale con un tipo y al final de la velada este le regala un bello abrigo de piel.
Como no puede justificar ante la madre el tapado, le dice:
- Mamá, no sabes, hoy sortearon en la oficina un abrigo de piel, y me lo gané yo,
- Que suerte nena, que suerte, dijo la madre.
Para justificar le dice a su madre:
- Mamá, no lo vas a poder creer, el otro día estaba en la estación esperando el tren, y vino un tipo y me pidió que le compre un rifa, tanto hinchó que al final le compré y me vengo ahora a ganar este juego de sala.
- Pero nena que suerte que tienes
- Mamá, la verdad que esto es increíble, hicieron en la oficina una rifa de desquite, para los que no habían ganado el abrigo de piel, y gano yo otra vez, me gané esta nevera,
- Nena, nena, por Dios que suerte!.
Y la madre le contesta:
Nena, ¡¡enjuágate bien el talonario, que hace falta un televisor a color!!
Gracias a Pilar