En la sala de un consultorio veterinario se encuentran dos perros.
Uno de ellos, un hermoso pastor alemán y el otro un doberman igualmente grande y bello.
El pastor le pregunta al doberman:
- Bueno, a mi me van a sacrificar.. .
- Bueno, el caso es que le mordí la mano a mi dueño.....
- Oye, eso no es motivo... ¿no te pueden perdonar?
- Lo que pasa es que casi le arranqué la mano....
- ¡Dios mío! ¿y por que hiciste eso?
- No sé, sentí provocación.. .
- Pero dime, ¿y porqué estás tú aquí?
- Bueno, lo mió fue también cosa de provocación.
- Mi dueña se estaba bañando..
- Ella se agachó para recoger el jabón
- Me subí por detrás, la sujeté con mis patas y la violé...
- ¡Mierda!, ¡seguro que a tí también te van a sacrificar!
- No, no.... ¡a mi me trajeron para cortarme las uñas!
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