El avión estaba a punto de aterrizar y el asistente de vuelo, un tipo muy "gracioso y especial" se paseaba de arriba abajo muy nervioso y excitado.
- Ay Dios mío, señores y señoras, ¿Se imaginan? El Capitán está a punto de aterrizar este monstruo de acero y desea que todititos sean tan amables de abrocharse los cinturones para que no se vayan a golpear sus cabecitas, ¿Ya?
Los pasajeros sonrientes obedecen y se abrochan los cinturones excepto una joven que tenía cara de estar muy molesta.
El asistente de vuelo se le acerca. . .
- ¡Oiga idiota, responde la chica, en mi País todos me llaman Princesa y no tengo que acatar órdenes de un plebeyo! ¿Entendido?