Una señora viajaba en su auto por el campo, empezó a anochecer y la señora iba preocupada porque no conocía bien la región.
En eso se desata una tremenda tempestad con lluvia intensa, rayos y truenos.
La mujer iba desesperada buscando donde guarecerse y vió a lo lejos la luz de una cabaña así que se dirigió hacia ella.
Bajó de su auto, corrió hacia la puerta y la golpeaba con desesperación.
La puerta se abrió y allí estaba una pareja de campesinos quienes la recibieron con mucho cariño
- Entre por favor, dijo el esposo, está usted empapada
- Muchas gracias replicó la mujer
- Venga, dijo la esposa, le voy a conseguir ropa seca, pase al baño a cambiarse.
Mientras la mujer se cambiaba, la pareja lavó y secó la ropa y le sirvió un cena caliente.
- Mil gracias, dijo la mujer, son ustedes muy amables
- No hay problema respondió el esposo, a propósito, no nos hemos presentado, yo soy Ariel y mi esposa Inés.
- Gracias, yo me llamo Laura
Y siguieron charlando hasta que ya se hizo muy noche y la tormenta no paraba
- Inés dijo que Laura no debía irse manejando en medio de la tormenta y que se quedase a dormir con ellos.
- Pero no quiero incomodarlos dijo Laura
- No es problema, mire, tenemos una sola cama pero para evitar problemas usted se acuesta en el lado izquierdo, yo al centro y mi marido a la derecha.
Y así lo hicieron, Ariel - Inés - Laura
A media noche Ariel se levantó para ir al baño y al regreso medio dormido se acostó por el otro lado, quedando Ariel-Laura-Inés
Ya medio dormido el esposo movió su brazo derecho y tocó "algo"
- Inés, Inés, ¿Eres tú?
- No, no soy Inés, pero allí es!!