El otro día que fui a una farmacia cercana.
Cuando llegué allí, me fui directamente a la parte
trasera de la tienda a donde se encuentra el mostrador de los
farmacéuticos.
Saqué mi botellita marrón junto con una cucharadita
y puse ambas cosas sobre el mostrador.
Vino el farmacéutico sonrió y me preguntó si podía
ayudarme.
SI, ¿Podría por
favor probar esto para mí?
Como soy un jubilado...Supongo que el farmacéutico
fue condescendiente conmigo.
Cogió la cucharita y puso un poquito del líquido en
su lengua y lo circulo alrededor en su boca.
Entonces con una mirada nauseabunda en su cara escupió
en el piso y comenzó a toser.
Cuando finalmente había terminado, le miré justo en
los ojos y le pregunte,
¿Tiene o no un
sabor dulce para usted?
El farmacéutico, sacudiendo la cabeza hacia
adelante y hacia atrás con una venenosa mirada en los ojos gritó, ¡Demonios NO!
¡Oh gracias a
Dios, esto es un verdadero alivio! Mi doctor me dijo que consiguiera un
farmacéutico para probar ¡Si tenia azúcar en
la orina!