Un vendedor recorría el país ofreciendo sus productos y vendiéndolos, en su recorrido llega a un hotel en un pequeño pueblo para pasar la noche.
Llega muy temprano en la
mañana y como no tenía nada que hacer se va a recorrer el pueblo.
A media mañana ya había
visitado todas las tiendas y no quedaba nada más por ver así que compra el periódico
local y se va a tomar un café tratando de matar el tiempo.
A medio día ya había leído
todo el diario y había tomado tres cafés, un poco aburrido regresa al hotel a
almorzar.
Luego de almorzar se va a su
habitación a ver la televisión, mira todos los canales, todos los noticieros y
todas las películas y el pobre hombre estaba completamente aburrido, finalmente
encuentra una Biblia en un cajón de la mesita de noche y se pone a hojearla.
Ya entrada la noche toma el
teléfono y llama a recepción…
Buenas noches, aquí recepción, ¿En qué puedo servirle?
Le hablo de la habitación 703
Ah sí señor Fabián, ¿Qué desea?
¿Cómo sabe mi nombre?
Pues
por el número de su habitación y recuerdo haberlo visto al llegar, es usted un
hombre muy guapo
Caramba,
muchas gracias, dígame ¿Si no es indiscreción, a qué hora termina su turno?
Termino en media hora y ya no tengo nada que hacer
¿Por
qué no sube a mi habitación, nos tomamos unas copas y conversamos un poco?
Me parece una maravillosa idea señor Fabián lo veo en 40 minutos
Y así llega la recepcionista,
un poco de charla, copas van, copas vienen y terminan teniendo sexo.
Me
parece increíble señor Fabián, recién nos conocemos y ya nos acostamos, ¿A qué
se deberá?
Yo
ya lo sabía
¿Y cómo?
Porque está escrito en la Biblia
¿Qué, no puede ser que mi nombre esté en la Biblia?
No, pero
afuera en la contratapa alguien dejó un mensaje escrito “La
recepcionista el re putísima”