Un empleado de una funeraria estaba una noche trabajando hasta tarde. Su trabajo era examinar el cuerpo de los muertos antes de ser enviados a enterrar o incinerar.
Cuando examinó el cuerpo del señor Pirulo, que iba a ser incinerado, hizo un asombroso descubrimiento:
Pirulo tenía el pene más grande que nunca había visto
- Lo siento amigo Pirulo-dijo el empleado-, pero no puedo enviarlo a incinerar con tremendo pene. Tiene que ser guardado para la posteridad.
Dicho esto separó el pene, lo puso en su maletín y se fue a casa.
A la primera persona que se la mostró fue a su esposa:
- Tengo algo que mostrarte que no vas a creer -le dijo, y abrió el maletín.
- ¡Dios mío! -gritó ella- ¡Se murió Pirulo!
Gracias a Gaspar