Después de 40 años de casados, una pareja estaba acostada en la cama una noche, cuando la esposa sintió a su marido acariciarle de una manera que no lo había hecho en bastante tiempo. Sus caricias eran muy sensuales, empezando por la nuca hasta llegar a su espalda. Después acarició sus hombros, bajando lentamente hacia sus senos y deteniéndose justo después de su ombligo.
Después puso su mano en el interior de su brazo izquierdo, acariciando el lado de su seno, bajando por su costado, sobre la nalga hasta llegar a la pantorrilla. Siguió hacia arriba entre sus piernas deteniéndose en la ingle izquierda. Repitió, las mismas caricias en el lado derecho y de repente se detuvo, se dio la vuelta y se puso a ver la televisión.
La esposa, que estaba muy excitada, le preguntó con una voz muy dulce: "Lo que estabas haciendo estaba maravilloso. ¿Por qué paraste?
Y el le respondió: "Ya encontré el control"