El Padre Venancio y Sor María van a visitar una tribu en la selva con la noble misión de catequizarlos.
Al terminar su misión emprenden su camino de regreso y se adentran en la espesura de la selva, estaban a medio camino cuando se desata una terrible tormenta y llovía a cántaros; ambos corrían tratando de guarecerse de la lluvia y divisan una pequeña cabaña cerca.
Era una cabaña abandonada en la cual había solamente una cama.
- Sor María, dice el Padre Venancio, tome usted la cama que yo dormiré en el suelo.
- Muchas gracias Padre.
Al cabo de quince minutos...
- Padre Venancio, dice Sor María, tengo mucho frío, ¿Podría buscarne una manta, por favor?
- Con gusto, responde del Padre, se levanta, va a buscar una manta y cubre a la monjita
Quince minutos después..
- Padre, sigo con mucho frío, por favor, ¿Podría buscarme otra manta?
- mmmm, está bien, responde el Padre, y otra vez se levanta por otra manta y abriga a la monjita.
- Padre, aún tengo mucho frío, por favor tráigame otra manta.
- Sor María, así no puedo dormir, ¿Qué le parece si actuamos como si fuéramos un matrimonio? Total nadie sabrá lo que pase aquí, será un secreto entre nosotros.
- Sí, Padre, Sííí, responde la monjita emocionada.
- Bueno, entonces María, levántate y busca tu propia frazada carajo, me tienes jodido!