En un consultorio médico el doctor decide tomarse un día libre si embargo le preocupaba dejar el consultorio cerrado pues perdería clientes.
Se le ocurre la idea de dejar a su ayudante a cargo pues el tenía ya cierta experiencia y conocimientos.
- Oyeme Juancito, le dice el doctor, mañana no estaré aquí asi que quisiera que te hicieras cargo del consultorio, ¿Crees que podrías hacerlo?
- ¡Claro doctor!
- Mira que el consultorio tiene muy buen prestigio y tienes que cuidar de él y de los pacientes
- ¡Vaya tranquilo doctor, todo queda en buenas manos!
Así el doctor se fue de pesca y regresó al día siguiente
- Y Juancito, ¿Cómo te fue?
- Muy bien doctor, solo vinieron tres pacientes
- Cuéntame que pasó
- Pues el primero tenía dolor de cabeza así que le di Paracetamol
- ¡Muy bien!
- El segundo tenía una gran indigestión y le di Gaviscon
- ¡Bravo, bravo!
- El tercero fue una mujer muy joven y atractiva
- ¿Y?
- Resulta que entró al consultorio como un relámpago, se arrancó las ropas, rompió el brasiere y el calzón, se quedó completamente desnuda, se tiró encima de la camilla, abrió las piernas y gritaba
¡Ayúdeme por favor, hace años que no veo a un hombre!
- ¡Santo Dios! ¿Y qué hiciste?
- Lo mismo que usted hubiera hecho, ¡Le puse unas gotas en los ojos!