Durante un vuelo comercial de larga duración al Capitán, experimentado piloto de la Fuerza Aérea, le tocó descansar y se sentó junto a una mujer joven con un niño en brazos.
Cuando el avión empezó a descender el bebé empezó a llorar.
La joven madre empezó a darle de lactar tan disimuladamente como podía, el piloto se hizo como si no se diera cuenta y el bebé dejó de llorar inmediatamente.
Al aterrizar el Capitán ayudaba a la joven madre con sus pertenencias y le comentó:
- Vaya que tenía hambre su niño
- En realidad no, lo que ocurre, dijo la madre, es que el pediatra me recomendó darle el pecho durante el descenso del avión y así aliviaría la presión en sus oídos.
- ¡No me diga! dijo el Capitán, ¡¡¡ y pensar que durante 30 años he estado masticando chicles!!!