La hija regresa a casa después de años de
haberse ido.
Llora
desconsoladamente, pues sabe que a su familia, muy católica y de misa, no le va a gustar lo que
les tiene que decir.
Su
padre le pregunta:
- ¿Donde estuviste tanto tiempo, sin siquiera escribir?¡ desgraciada! ¡No sabes cuanto ha sufrido tu madre!
- Perdón, papá, pero es que me he vuelto prostituta...
- ¿Como? ¿Qué? ¡Lárgate inmediatamente de esta casa! ¡Desvergonzada, inmoral, perversa... mala hija!. ¡Sabes perfectamente que en nuestra casa somos católicos practicantes! ¡Sinvergüenza, no te quiero volver a ver...!
- Si Papá, ya me voy... lo siento, te comprendo, sabía que no me aceptaríais y solo vine a dejarle a mamá este abrigo de mink y a darle las escrituras de una casa en Miami Beach ... una cuenta de $500.000 dólares para los estudios de mi hermano y a tí papito, este Rolex con diamantes y también a entregarte estas llaves de un Porsche Turbo último modelo que está afuera en la puerta...
- Hijita ... ¿En que dijiste que te has convertido?
- En prostituta ... papá.
- ¡Uf! Que susto ... había entendido ¡Protestante! ... pasa, cariño, pasa ... pasa ...