Un grupo de malechores deciden robar un Convento sabiendo que solamente habrían monjitas desprotegidas.
Esperan la noche e irrumpen en el Convento con armas en las manos, las pobres monjitas asustadas no pudieron hacer nada y por más que les rogaron, los facinerosos se robaron muchos objetos de culto.
Al día siguiente llega la Policía a investigar y dialogan el Comisario y la Madre Superiora.
- ¿Cuántos ladrones era pregunta el Comisario
- Eran 6 u 8, con el susto no pudimos contarlos bien, replica la Madre Superiora
- ...y nos querían envenenar, dice una monja viejita
- Cállese madre Augusta le dice la Superiora
- Dígame, Madre, ¿Qué se llevaron?
- Se llevaron tres Cálices de oro
- ... y nos querían envenenar, vuelve a decir la monjita anciana
- Cállese madre Augusta le dice la Superiora!
- ¿Algo más?
- Si, varios rosarios de perlas y unas obras de arte del siglo XV
- ... y nos querían envenenar, vuelve a decir la monjita anciana
- Madre Augusta, ya le he dicho que se calle! grita la Superiora
- Espere Madre Superiora, dice el Comisario, quizás la monjita vió algo que ustedes no notarion, ¿Porqué dice que las querían envenenar Madre Augusta?
- Escuché a uno de los ladrones decir ¿Porqué no les echamos un polvo a estas monjitas?