Un buen día en una oficina de Correos estaban clasificando la correspondencia y encuentran una carta dirigida a Dios, destino El Cielo.
Los empleados se echaron a reír pues no se imaginaban quien sería el tonto escribiendo a Dios; no sabiendo que hacer con la carta o a donde enviarla decidieron abrirla y leerla, y ésta decía así:
"Querido Dios, mi situación económica es terrible y no sé a quien acudir por eso te escribo para pedirte ayuda. Mis dos hijos hace tres días que no tienen que comer, mi esposa está muy enferma y estoy sin trabajo; por favor solamente necesito $ 500 para salir adelante pues en una semana empiezo a trabajar.
Muchas gracias, tu siervo Pepe"
A los empleados del Correo les dió mucha pena, decidieron hacer una colecta para ayudar al pobre hombre pero solamente lograron juntar $ 480, los pusieron en un sobre y se los enviaron.
Después de dos semanas llegó otra carta dirigida a Dios y los empleados se pusieron muy contentos de su buena obra y abrieron la carta, ésta decía así.
"Querido Dios, muchas gracias por tu ayuda, con el dinero logré curar a mi esposa y alimentar a mis hijos, ahora solamente me faltan $ 100.
Tu siervo, Pepe
PD. Por favor envíamelos directamente pues la semana anterior los ladrones del Correo se robaron $20
