Había una vez una viejecita que vivía muy sola apenas con un gato de compañía.
Una tarde mientras acariciaba a su gato se le presentó un hada y le dijo:
- ¡Hola! Soy tu hada madrina y como toda tu vida fuiste buena ahora te concederé tres deseos.
- ¡Qué bueno, quisiera tener el cuerpo de cuando era joven y bella, y.....
!Puff! Se convirtió en una hermosa muchacha con un cuerpo maravilloso
- ¡Increíble! Estoy como cuando tenía 21 años
- Es mi trabajo, dijo el Hada Madrina
- Ahora quisiera tener una de esas modernas y súper cómodas camas
¡Puff! Se apareció recostada en una maravillosa cama
- ¡Fantástico, es exactamente lo que soñé toda mi vida!
- ¿Cuál es tu tercer deseo? Piensa bien pues es el último, dijo el hada
- Quisiera que conviertas a mi gato en un bello príncipe, y
¡Zas! Apareció con ella en la cama un apuesto joven y el Hada Madrina desapareció
En eso el apuesto hombre le dijo:
- Ahora con seguridad estarás arrepentida..
- ¿Arrepentida? ¿De qué mi dulce príncipe?
- ¡De que mandaste castrar cuando era un gato, hijeputa!