En una reunión de un club de amigas, sube al estrado una feminista y cuenta su historia:
- Una vez yo llegué a casa y le dije a mi esposo: "¡Yo vengo muy cansada del trabajo y a partir de hoy no voy a volver a cocinar!...". El primer día no vi nada, el segundo día no vi nada, el tercer día lo vi cocinando y desde ese día es él quien se encarga de la comida.
¡Bravo!, ¡hurra!, gritaban y aplaudían las feministas...
Le toca el turno a otra feminista quien cuenta su historia:
- Una vez yo llegué a casa y le dije a mi esposo: "Yo vengo muy cansada del trabajo y a partir de hoy no voy a volver a lavar la ropa!...". El primer día no vi nada, el segundo día no vi nada, el tercer día lo vi en la lavadora y desde ese día es él quien se encarga de lavar su ropa y la mía.
¡Bravo! , ¡hurra! , gritaban y aplaudían las feministas...
Le toca el turno a la tercera feminista quien cuenta su historia:
- Una vez yo llegué a casa y le dije a mi esposo: "¡Yo vengo muy cansada del trabajo y a partir de hoy no voy a volver ni a cocinar ni a lavar la ropa!...". El primer día no vi nada, el segundo día no vi nada, ¡Al tercer día ya veía un poquito por el ojo izquierdo!.