Un hombre acau dalado decide buscar pareja para casarse.
- Tiene que ser una mujer inocente, que no conozca de sexo, pura y santa, pensaba el hombre.
Empieza a salir con las posibles candidatas a ser su esposa, en la primera cita, a cada una le mostraba el pene y le preguntaba si sabia que era y todas siempre respondían lo mismo, con diferentes nombres pero decían que eso era un pene.
- ¡No puede ser! Ninguna es tan pura como yo quiero. Hasta que finalmente un día..
- ¿Qué es esto? Preguntó a una candidata.
- Una ramita, respondió ella.
Y se casaron, durante la luna de miel el le pregunta:
- Mi amor, ¿Por qué dijiste que esto era una ramita?
- Ay mi hijito ¡si vieras los troncos que me he comido!