El marido llegó a
su casa después de dos meses de
viaje.
- ¡María! ¡Vengo que no me aguanto, quiero hacerte el amor ahora mismo!
- ¡Si mi vida, yo también estoy que ya no aguanto más, dos meses sin verte!
Se meten en la cama haciendo el amor de manera salvaje, brutal, escandalosa.
Fue tal el ajetreo y el ruido de la cama contra la pared, que al poco rato escucharon unos golpes al otro lado de la pared, acompañados por las voces del vecino:
- Ya está bueno pues vecinos, no jodan! ¿Todos los días la misma vaina?