- Así es hijos míos, por naturaleza no existe el hombre perfecto y pido a cualquier persona que haya conocido a un hombre perfecto, que se ponga de pie.
Nadie se paró.
- El cura repite la pregunta “Aquel que haya conocido a un hombre perfecto póngase de pie"
Un hombrecito tímido y retraído se para.
- ¿Has conocido alguna vez a algún hombre absolutamente perfecto? Le pregunta el cura algo desconfiado.
- Bueno Padre, yo no lo conocí personalmente, le contesta el hombrecito
- ¿Y porqué piensas que era perfecto?
- Es que he oído hablar mucho de él. Fue el primer esposo de mi mujer.